Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

sábado, 25 de abril de 2009

Reflexión: Mc 16,15-20

Mc 16,15-20

Este es el mandato de Cristo que debemos cumplir en forma imperativa. Es la misión que nos encomienda, y viniendo de Él, si verdaderamente tenemos Fe, no puede haber nada más importante, ni prioritario. Si realmente ordenamos nuestra vida y ponemos cada cosa en su lugar, si somos creyentes sinceros, no puede haber nada más urgente que cumplir lo que el Señor nos ordena: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.”

Si realmente entendemos que el Señor nos ha traído la Buena Nueva, la mejor noticia que podían darnos, seríamos necios si perdemos un segundo en esparcirla, empezando por quienes nos rodean, pero siguiendo por el mundo entero. No es tarea fácil, porque a muchos no les gusta, no les cuadra esta noticia, no es conveniente para sus intereses; al menos eso es lo que piensan.

Es que nos aferramos a lo que tenemos y nos da miedo perderlo. Andamos confundidos, pensando que son las cosas las que nos dan la felicidad, por eso mezquinamente las acaparamos y tratamos de no compartirlas con nadie. Rendimos culto a la posición, al tener más. La pasamos anhelando y deseando lo que otros tiene y somos infelices porque no tenemos tanto como ese o aquél. Entonces nos proponemos alcanzarlos y pasarlos, pero entonces surge alguien que tiene más y volvemos a ser infelices, hasta no pasar a este, ese y aquél. Vivimos en una carrera estúpida, constantemente de mal humor, comparándonos y sintiéndonos infelices y frustrados, porque nunca tenemos suficiente.

La mezquindad y el egoísmo son los primeros obstáculos a la Buena Nueva. Evangelizar esta tierra se hace difícil. Sin embargo, hay que recordar, como dice el Padre Manolo Cavanna sj, que esta es la tarea que Cristo nos ha encomendado, para la que no nos ha dejado solos. Esta es su obra, así que si nosotros ponemos los medios a nuestro alcance, el pondrá lo demás. Así ocurría entonces, como nos lo cuenta San Marcos: “Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

Lo hemos visto en varios de los pasajes de los evangelios de los últimos días…Fue suficiente que los discípulos hicieran lo que les ordenaba el Señor, para que tuvieran éxito en lo que hacían, logrando con creces lo que se habían propuesto. Es que el Señor nos necesita, como nosotros a Él. Si hacemos lo que Él nos dice, si nos proponemos y empeñamos en cumplir la misión que nos ha encomendado, solo bastará con poner lo que esté a nuestro alcance, para que el multiplique generosamente nuestros esfuerzos. Todo está en empezar. Pongamos nuestras manos, nuestras mentes, nuestros corazones y todo nuestro ser a su disposición, que Él hará el resto.


Oremos:

Padre Santo, danos el coraje para proclamar la Buena Nueva por donde vamos, con quien estemos…Y proclamar como san Pablo: ¡Ay de mi si no evangelizara!

Que nuestra vida toda sea una Buena Nueva para los demás. Que llevemos paz, alegría, concordia y esperanza. Que seamos portadores de consuelo para los que sufren, ya sea por enfermedad, por injusticia o marginación.

Haznos instrumentos útiles al servicio de la evangelización del mundo.


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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