Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

jueves, 23 de abril de 2009

Reflexión: Jn 3,31-36

Jn 3,31-36

La humanidad entera celebra hoy el Día de la Tierra, la casa que nos dio el Señor para que habitáramos, para que preserváramos y cuidáramos para todas las generaciones que nos habrán de suceder y, ¿Qué hemos hecho de ella? ¿Qué es lo que anda mal en nuestro Planeta? ¿No ha sido obra nuestra? ¿No es esta una señal que vivimos de espaldas a Dios, que pretendemos alejarlo de nuestras vidas, que lo rechazamos, como todo aquello que viene de sus generosas manos? ¿A dónde podemos ir por este camino si no es a nuestra destrucción?

Pero no debemos temer, porque Dios ha venido a salvar al Mundo, por amor. No es por ningún merecimiento nuestro, es sola y únicamente por amor. Nuestro Señor Jesucristo, viniendo del Padre, se hizo hombre, como nosotros, para enseñarnos el Camino. Para darnos a conocer este misterio insondable, del inconmensurable amor de Dios, que nos amó primero, aun cuando estábamos perdidos y de espaldas a Él, nos tuvo compasión, nos amó y nos perdonó.

Dios ha enviado a su Hijo para que creamos en Él y de esta forma salvemos nuestra alma y tengamos vida eterna. Por ello debemos pedir, orar, implorar la Gracia de creer en Él, la Gracia de conocerle y seguirle cada segundo de nuestras vidas. La Gracia de dar testimonio de su amor con nuestra propia vida, con cada uno de nuestros actos, desde que amanece hasta que anochece, en todo momento y lugar, con todas sus creaturas, empezando por los que viven con nosotros, con nuestra familia, con nuestros compañeros de trabajo y con cada una de las personas que nos cruzamos ocasional o circunstancialmente. Y luego, debemos honrarlo preservando toda su Creación, haciendo racional uso de ella, no depredando ni contaminando, compartiendo los frutos de esta Tierra generosa, que es el hábitat que Él nos dio para que en ella construyamos nuestros hogar, para que en ella encontremos y hagamos el Camino. ¿Cómo maltratarla y despreciarla sin que ello constituya una negación de nuestro amor a quien generosamente nos la dio, sin ser ingratos, sin pecar?

Queramos nuestro planeta y sus frutos, y enseñemos a quererla a nuestros hijos.



Oremos:

Padre Santo, concédeme la Gracia de conocerte y amarte como Tú lo haces, a través de mis hermanos. Que muestre en cada uno de ellos el afecto que Tú nos tienes. Que mi vida sea un testimonio de Tú obra salvadora.

Ponme la palabra, el gesto, la mirada, la presencia adecuada, para que pueda llegar a los corazones de mis hermanos e iluminarlos con Tú Gracia…Hazme un instrumento de tu Fe.


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

No hay comentarios:

Reflexiones de HOY