Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

martes, 7 de abril de 2009

Reflexión: Jn 13,21-33.36-38

Jn 13,21-33.36-38

Hay cosas que tienen que pasar de todas maneras, nos guste o no. Frente a ellas, lo mejor es adoptar una posición ecuánime, serena. “Al mal paso, darle prisa”, como se dice. Aunque los discípulos no pueden comprender muy bien lo que ocurrirá, el Señor sabe qué es lo que sigue a estos momentos y sabe que no será nada grato, por el contrario, será humillante y doloroso. Traicionado por uno de los suyos, “el que tenía la bolsa”, el “tesorero” y negado por el que parecía su más sólido seguidor. Debilidad y miseria humanas. Pese a ellas y aún conociéndola o quizás debíamos decir, precisamente por ellas, el Señor sabe que tiene que seguir hasta el fondo, hasta el final, aun cuando tenga que ir solo, aun cuando sea abandonado por todos…Tendrá que llegar hasta la muerte…Pero no una muerte, rápida como muchos la deseamos, sino que habrá de pasar por maltratos, escupitajos, empujones, desprecio y humillación. Lo llevarán de aquí para allá, lo zarandearán y tendrá que llevar su propia cruz, la cruz en la que finalmente, luego de la tortura de la crucifixión, entregará su Vida al Padre.

Eso es lo que está viviendo Jesús en este momento, pero no se corre. Y tampoco hay visos de desprecio por sus discípulos, aun anticipando su cobardía. Es que sabe que todo esto tiene que pasar, para que se cumplan las escrituras, tal como lo venía anunciando en toda su predicación. El es nuestro Salvador, nuestro Redentor. Sabe así mismo, que luego contaremos con la fortaleza del Espíritu Santo, porque Dios es Uno y Trino. Porque luego de su tiempo, vendrá y habitará entre nosotros el Espíritu Santo. El nos dará la fuerza, la sabiduría y el valor para seguirle, por eso dice: “Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde”.



Oremos:

Señor aparta de nosotros todo mezquindad, haznos comprensivos y no permitas que juzguemos a nuestros hermanos, antes bien, que procuremos siempre el bien, a ejemplo tuyo.

Que estemos siempre dispuestos a compartir lo mejor que tenemos con los más necesitados y también con tus misioneros, que a veces, de dar tanto, no se han guardado nada para sí y requieren de un descanso, de un alivio, de una palabra amable, de un gesto de cariño, de comprensión y amor. Son humanos como nosotros…a veces lo olvidamos.


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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