Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

miércoles, 15 de abril de 2009

Reflexión: Lc 24,13-35

Lc 24,13-35

Son nuestros gestos, nuestras actitudes, nuestras acciones, las que deben permitir conocernos, las que deben distinguirnos, más que nuestras palabras. Esto les pasó a los discípulos de Emaus. No pudieron reconocer a Jesús que caminaba con ellos, ni si quiera cuando venía explicándoles tan detalladamente las escrituras…Fue tan solo al partir el pan que finalmente lo vieron.

¿Cuál es la lección? Creo que es obvio que si queremos que nos reconozcan, que sepan quienes somos, qué somos, a quién seguimos, lo que decimos debemos acompañarlo de gestos y acciones reales. No basta hablar, aunque las palabras sean sabias y digan verdad. Lo importante es que estas palabras estén acompañadas por acciones coherentes, imitables, que lleven a la conclusión que no hay duda, que hacemos lo que predicamos. De otro modo, todo puede quedar en pura palabrería hueca, de aquella que viene el viento y se lleva.

Me parece importante que lo reconozcan, lo reconozcamos y nos reconozcan por estas dos cosas: bendecir el pan…es decir agradecer a Dios por todo lo que recibimos de palabra y de obra, porque acto seguido, lo compartió…se los dio. Eso es lo que espera el Señor de nosotros: que sepamos agradecer y compartir. Compartir siempre…por más poco que nos parezca tener. Nadie tiene tan poco que no tenga algo que compartir…y el que comparte, recibe de Dios con creces lo que dio.

Debemos ser generosos y solidarios. Generosos, dando no de lo que nos sobra, sino de aquello que incluso nos hace falta, poniendo primero a los demás. Poniendo a nuestro prójimo antes que nosotros. Lo que voy a comer, primero lo fracciono y luego lo reparto. No primero veo cuanto hay, saco mi parte y lo que sobra lo entrego. ¡No! Sin embargo eso es lo que hacemos siempre ¿o no?


Oremos:

Señor dame un corazón generoso como el de Jesús, que no piense primero en mi satisfacción, en saciarme para después repartir lo que me sobra…Que por el contrario, este siempre dispuesto a compartir lo que tengo, aun antes de hacer ningún cálculo. Si lo tengo, es de cuantos están conmigo y si no hay nadie, voy y los busco, los acompaño, estoy con ellos, los escucho…y sobre todo, comparto.


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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