Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

jueves, 16 de abril de 2009

Reflexión: Lc 24,35-48

Lc 24,35-48

Apareciendo nuevamente entre sus discípulos, con el saludo de la paz y pidiéndole algo de comer, Jesús trata de acabar con el desconcierto entre ellos, centrarlos y encaminarlos nuevamente en su misión. Todo lo que ha ocurrido ha sucedido como estaba escrito y, algo que es sumamente importante: ustedes son testigos de estas cosas.

Un testigo está llamado a dar testimonio. El Señor nos compromete a eso. Ustedes saben, ustedes conocen, porque lo han visto…están llamados a darlo a conocer, a testificar, a llevar la Buena Nueva, a evangelizar. Este es un mandado, es nuestro DEBER. Como dice el documento de nuestros obispos en Aparecida: NO ES OPCIONAL.

Esto quiere decir, en mi modesto entender, que por ello seremos juzgados, que de eso se nos pedirá cuentas; que de esta forma podemos dar muestra concreta de amor, es decir si con nuestros actos EVANGELIZAMOS. ¿Y cómo podemos evangelizar al mundo con nuestros actos? Pues siendo verdaderos cristianos…Y, ¿Qué hace un verdadero cristiano? ¿Cómo se puede reconocer a un verdadero cristiano? No por lo que dice, ciertamente, si no por lo que hace.

Un verdadero cristiano es un hombre de paz. Un hombre que lleva y da la paz, tal como lo hizo el Señor. No es por costumbre o un mero modismo, que Jesús saluda de este modo a sus discípulos a penas los ve: “La paz con vosotros”. Es que para quien ha comprendido el mensaje, para quien ha sido testigo de todo esto que el Señor resume con las siguientes palabras: “Éstas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: ‘Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí’”. Para quien ha entendido el mensaje del Señor, decía, no puede haber sino paz; la paz de quien ha resuelto todos los nudos, de quien ha encontrado por el fin el Camino, de quien ha encontrado explicación y sentido a la Vida. Es Cristo, su vida, muerte y resurrección quien da sentido a nuestras vidas…Quien ha sido testigo, y quien realmente lo ha comprendido, deber tener la paz del Señor y debe darla.

Tener la paz del Señor y darla implica hacer un alto en el camino, hacer una reingienería total a nuestras vidas y mirar el mundo con otros ojos. Implica poner primero el amor. Esto quiere decir, empezando desde este momento, desde este segundo, poner a nuestros hermanos en primer lugar y vivir para dar antes que para recibir. Dar, amar, quiere decir desprenderse. Es cambiar totalmente el eje central de nuestras vidas y por ende, todos nuestros planes y proyectos. Es vivir hoy y cada día como un verdadero cristiano, y esto sólo se logra si cada día, a cada instante, todo el tiempo amas. ¿Cómo? ¿A quién? Empezando por quien está a tu lado y siguiendo con cada creatura que vayas encontrando en este tu día. Todos tienen que saber de Cristo. La noticia es urgente, es prioritaria, no puede esperar. La darás a conocer no con bonitas y rebuscadas palabras, sino con tu vida, con tus actos, con tus actitudes, con tu proceder cotidiano, a cada instante.


Oremos:

Señor ayúdame a caminar por este mundo siendo tu testigo. Dame el valor para anunciarte en cada uno de mis actos, con cada gesto, desde que amanece hasta que termine el día. Que vaya derramando paz y amor por donde pase. Que no necesite abrir la boca para que te reconozcan y si en todo caso habré de hacerlo, que sólo sea para proclamarte. ¡Dame tu paz y tu amor!


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

No hay comentarios:

Reflexiones de HOY