Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

miércoles, 29 de abril de 2009

Reflexión: Jn 6,35-40

Jn 6,35-40

Jesús ha venido al mundo cumpliendo la Voluntad de nuestro Padre Eterno, que quiere que le conozcamos, para que conociéndoles y creyendo en Él nos salvemos, tengamos Vida Eterna, para que gocemos con Él del Cielo.

No existe, ni puede existir objetivo más preciado que este. Que otra cosa podríamos anteponer a la Voluntad del Padre. ¿Qué es aquello que nos ciega, que nos perturba, que nos obstaculiza y nos impide ver por medio de Cristo a Dios Padre?

Jesús no nos abandonará jamás, porque esa es su misión encomendada por el Padre, que nos suelte, que no nos deje, que no nos pierda. Él debe ser nuestro alimento. ¿No es verdad que necesitamos comer para vivir? Pero si Él nos dice que “Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed”. Es que le necesitamos tanto y aun más que cualquier otra comida…Que Él debe ser primero…Que Él debe ser nuestro alimento…Que con Él basta. ¿Es así?

¿Es esta una metáfora, una bonita alegoría? ¿Llegamos a creer realmente lo que nos dice el Señor? Siempre nos estamos preocupando por tener, por cubrir nuestras necesidades y por acumular, para cuando lleguen las vacas flacas, o para ostentar y llenarnos de opulencia. ¿Qué es lo que debemos perseguir? ¿A qué debemos dedicar nuestro tiempo? ¿En qué nos debemos ocupar? ¿Cuáles son nuestras prioridades?

El Señor nos pide que vayamos a Él y que creamos en Él…eso es todo. Ir y creer. Tan solo eso basta. Todo lo demás son enredos, elucubraciones absurdas, fantasías, trampas destinadas a conducirnos fuera del Camino, fuera de la Verdad, fuera de la Vida. ¿O hay alguien que por ocuparse de acumular, de acaparar, de ostentar, de llenarse de propiedades, títulos, fama y riqueza puede alcanzar la Vida Eterna? ¿Alguna de estas cosas le sirven después de muerto o si quiera para agregar un segundo más a su vida?

Entonces, demos al Cesar lo que es del Cesar. Orientemos nuestra vida adecuadamente. Busquemos primero el Reino de Dios y todo lo demás se nos dará por añadidura.

Oremos:

Señor nuestro, has que comprendamos y hagamos carne de estas palabras: que seas Tú el primero y el último cada día. Que seas Tú nuestro alimento. Que nos ocupemos de construir el Reino antes que de cualquier intrascendencia nuestra. Que sea este nuestro motivo de oración y esfuerzo.

Aumenta nuestra fe…


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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