Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

sábado, 7 de marzo de 2009

Reflexión: Mt 5,43-48


De nuevo nos encontramos con el contraste. Hay una ruptura entre lo que se dijo antes (el Antiguo Testamento) y lo que ahora dice Jesús (el Nuevo Testamento) y Él nos la remarca. Antes se dijo…ahora yo les digo…

Esta primera consideración me parece importante, pues hay muchos hermanos nuestros que se han quedado anclados en el Antiguo Testamento, donde había muchas normas y leyes. Hay muchos entre nosotros que al igual que en el antiguo testamento, buscamos llenar de normas y leyes todo. Queremos aclararlo todo mediante la abundancia de palabras. Damos mil vueltas a las cosas, muchas veces porque consciente o inconscientemente queremos mantener la ambigüedad, queremos restar contundencia a La Palabra, al mensaje de Jesús. Él, sin embargo, es muy claro y concreto. No se va con rodeos. No deja lugar a dudas, sino para aquel que quiere interpretarlo y hacerle decir lo que no dijo; para aquel que quiere entibiar el mensaje y hacerlo inocuo.

“Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan”. Hay ciertamente que tener mucho valor para seguir a Jesús y hacer lo que nos propone. El camino no es fácil, ni dulzón , ni romántico como sin entenderlo o quizás por evadirse alguno lo presentan. El camino es exigente. El Señor no pide nuestro tiempo libre o aquél del que buenamente podemos disponer. Él pide un cambio en nuestra vida TODA. Ver, pensar y actuar de otro modo, siempre, incluso cuando estamos solos y pensamos que nadie nos ve, porque nuestro Padre que está en los cielos lo ve todo y no hay nada que podamos mantenerle oculto.

“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” Agregar más palabras a este mensaje es pretender encontrar tres pies al gato; es buscar acomodarlo a nuestro interés, rebajarlo, amoldarlo, suavizarlo. “El que tiene oídos, que oiga”.

Hay que buscar la santidad. Ser santos, ser perfectos…qué duda cabe que ese es el llamado de Jesús para nosotros. Ser santo no es empezar a torcer el cuello y mirar con cara de tonto todo. ¡Qué disparate! Ser Santo es tener el coraje de vivir la vida como nos lo propone Jesús. No hay mensaje más claro y concreto que el de este evangelio. ¿Somos capaces de hacerlo?


Oremos:

Ayúdanos a ser consecuentes con la vida que nos propones. Que vayamos creciendo en “cristiandad”…Que ello abarque cada rincón de nuestra vida.

Que entendamos que es precisamente cuando estamos solos, cuando nos apartamos, que debemos purificarnos, limpiarnos, uniéndonos a ti mediante la oración. A veces entendemos muy mal la intimidad…

Que entendamos, así mismo, que no podemos vivir apartados e indiferentes a lo que ocurre en el mundo, que debemos involucrarnos y llevara a cada espacio, a cada acontecimiento tu palabra. Y que esto no se trata de ir parando o entrometiéndose en cada cosa para citar un texto bíblico, sino que debemos hacer y actuar como tú lo harías…como si fuéramos tú en cada ocasión.


Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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