Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

viernes, 6 de marzo de 2009

Reflexión: Mt 5,20-26


El Camino que el Señor nos muestra es exigente. No es cuestión de pasar todo por aguas tibias. Es una cuestión de actitud, como ya lo ha repetido antes. Pero una actitud que abarca y mueve todo nuestro ser; es profunda y determinante. Se trata de tener otra óptica, otra perspectiva en la vida, donde siempre nuestros hermanos son primero, más aún si los hemos ofendido o si creemos que tienen algo contra nosotros. Tenemos que saldar nuestras deudas.

No podemos pretender dirigirnos a Dios, empezar a orar, si no estamos en paz con nuestros hermanos. Pero se trata de una paz verdadera, no de apariencias, no de un puro barniz.

Así que el ser seguidores de Cristo, de un Dios que es Amor, no quiere decir que las penas sean más benignas, que podemos andar por la vida con indiferencia, instalados cómodamente, porque total, el Señor ya nos ha salvado. ¡No! Nuestra salvación la alcanzaremos en la medida en que sintonicemos con Él, en la que hagamos con nuestra vida lo que debemos hacer, en que pongamos las cosas en el orden que merecen, primero nuestros hermanos, primero el amor, primero el servicio y luego nosotros.

Busquemos la paz y la concordia en todo y con todos, incluso con aquél que mantenemos querella por algún motivo. Procuremos ponernos de acuerdo. La propuesta que nos hace el Señor no es fácil. No es el camino llano y parejo del indiferente, del que pasa piola. Se trata de jugársela día a día por el evangelio, allí donde nos toque estar.

¿Y qué significa jugarse por el evangelio? Pues vivir como Cristo…En resumen: Amarnos los unos a los otros, como Él nos ha amado.

¡Cuidado con las medidas que el Señor propone! Son exigentes, porque el mundo es exigente. Porque lo será en tanto que haya hambre, miseria, injusticia, pobreza y dolor.


Oremos:

Señor, enséñanos a perdonar de verdad. Danos el ánimo, la valentía, la creatividad y la generosidad para devolver bien por el mal que recibimos, venga de quién venga.

Que hagamos del bien, del amor, de la paz y la justicia nuestras banderas comprendiendo que finalmente lo que hacemos lo hacemos por Ti, es decir por alguien que va muchísimo más allá de lo que vemos, de lo que parece.

Que comprendamos que aunque a veces nos asaltan las dudas, tras todo ser humano, tras toda persona, por más despreciable que nos pueda parecer, estás Tú.

Que estemos siempre dispuesto a perdonar, como Tú lo haces con nosotros.
Que llevemos esperanza…Las cosas pueden y van a cambiar. Mejorarán.

Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

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