Roguemos al Señor - últimas reflexiones

Aldila - Oficial

sábado, 21 de febrero de 2009

Reflexión: Mc 9,2-13

Mc 9,2-13

Estamos frente a un acontecimiento especial, en el que sólo tienen participación los discípulos más cercanos a Jesús, a quienes él mismo invito a presenciarlo. Aún ellos no entendieron mucho y quedaron asombrados de lo que ocurrió frente a sus ojos. Jesús se transfiguró y por un momento lo vieron conversando con Moisés y Elías. Los discípulos quedaron pasmados; no sabían qué decir. Se trataba de algo extraordinario que bien hubieran querido perpetuar, por lo asombroso.

Pero, duró poco. Sin embargo lo suficiente para que en medio de una nube que los cubrió oyeran hablar a Dios Padre. ¿Y qué les dice? El mensaje es muy breve y suficiente para confirmar la predicación de Jesús. «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»

Al bajar Jesús les ordenó que no contaran nada de lo que habían visto hasta que resucitara. ¿Qué es eso de resucitar?, se preguntaban.

Tratando de entender la relación lógica de los acontecimientos, empezaron a interrogar a Jesús, que les hace ver que todo se va cumpliendo conforme estaba escrito, así que lo que tiene que ver con él también se cumplirá.

Para Jesús todo encaja y responde a la Voluntad del Padre, aquella que ha venido a cumplir, tal como estaba escrito. Para los discípulos, como para nosotros seguramente, las cosas no están muy claras. Nos perdemos. Es que hay una parte en todo este mensaje que disgusta, que nos resistimos a ver, a afrontar, a asumir. Y es el sufrimiento. ¿Por qué, a qué viene? ¿Por qué no puede ser todo el tiempo triunfal, vencedor, fulgurante, convincente, arrasador, contundente?

Pero no. Aunque habrá de Resucitar, antes tendrá que morir, como todos. Nos quedamos en la muerte y nos resulta difícil mirar más allá, hasta la Resurrección.

Oremos:

Señor, danos tu luz, ilumina nuestras mentes y nuestros corazones para que podamos a entender que solo amando llegaremos a Ti Que quien ama verdaderamente, tendrá que sufrir, aunque su sufrimiento no será eterno, pues finalmente resucitaremos.

Ayúdanos a entender que el amor no está exento de sufrimiento por nuestra misma naturaleza humana, limitada. Dar más allá de nuestras fuerzas, más allá de lo que tenemos, siempre será doloroso. Pero el que ama está dispuesto a dar su vida…y el que da su vida por el que ama, la salva.

Ayúdanos a entender este maravilloso misterio y sobre todo, danos el valor para no huir, para no escapar, cubriéndonos, regateando, mezquinando lo que debemos dar cuando nos toca.

Ayúdanos a reconocer lo que se nos pide a cada instante.

Roguemos al Señor…

Te lo pedimos Señor.
(Añade tus oraciones por las intenciones que desees, para que todos los que pasemos por aquí tengamos oportunidad de unirnos a tus plegarias)

No hay comentarios:

Reflexiones de HOY